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No lo sabías... ¡ven, te lo cuento!

  • MFA Ricardo Camacho
  • 3 oct 2016
  • 4 Min. de lectura

Y estábamos muy contentos, celebrando el éxito de esa primera exposición, en el Salón Independiente (hoy día es el Centro Cultural Isidro Fabela-Museo Casa del Risco), en un restaurate/cantina -que ya desapareció- de San Ángel y muy animados, echando guasa, carcajadas, albures y, ¡no falta el que se queja!


¡Hasta vino la policía Ricardo!


Ya en otro artículo, estimados lectores, había comentado diversos momentos que he tenido la fortuna de vivir junto a grandes Maestros y que dan al Arte un sentido más allá de la parte cultural, porque conviviendo con ellos y palpando sus sentimientos en sus conversaciones, llego a entender más aún sus obras, sus colores, sus formas, sus técnicas.


Dicho lo anterior, este artículo lo dedicaré nuevamente a comentarles diversas experiencias con el arte y mis amigos Artistas y así podrán entender aún mas mi pasión por el arte y el por qué mi deseo de compartir dichas experiencias o conocimientos que he adquirido, porque tanto más vivamos el arte en sus entrañas, más puedo afirmar que de esta manera podremos generar el cambio que tanto reclamamos para nuestro querido México, ya que Arte = Cultura = Educación.



Bien... Llegó la policía y, ¡a correr! y salimos hechos la mocha el Maestro Arias Murueta y un servidor -el maestro Luis López Loza- y tras nuestros pasos la Ley.


Nos alcanzaban y en el estado en que estábamos, ni supe como le hicimos Ricardo, pero no había otra salida y entonces nos trepamos a un árbol. Llegaron los gendarmes y una y otra vez nos gritaban: ¡ya bajen o subiremos por ustedes!


La verdad ni podían hacerlo, porque ellos sí estaban cuerdos -nosotros no- y toda lógica les impedía subir a donde estábamos. Sin embargo, la respuesta que les dimos fue: "está bien, vamos a bajar pero... ¡primero los meamos!"


"Qué historia, pero en esas épocas éramos rebeldes..."


Considero que estos grandes Maestros nunca han dejado de ser "rebeldes", sino por el contrario, siempre están creando, siempre a la vanguardia, siempre siendo lo que saben ser:


¡ A R T I S T A S !


Porque nunca dejan de crear, parece mentira, pero me asombran con su tenacidad en su diario trabajar.


Y no es solamente el verlos trabajar sino el ímpetu que tienen pese, a lo que muchos se quejan y ven como obstáculo, su edad.


Tal es el caso, un día que llegué a casa del Maestro Arias Murueta, el mismito que mencionó el maestro López Loza, quien ha recibido máximos galardones por parte de Bellas Artes por sus más de 50 años como pintor y representante de México en múltiples ocasiones con su trabajo en el extranjero y estaba festejando el cumpleaños de uno de sus nietos y este vídeo habla por sí solo, rompiendo los paradigmas que muchas personas tienen afirmando que los maestros son puros divos:

¿Enseñanzas? ¡Todas!


Con el Maestro Toledo es muy interesante escucharle diversas anécdotas de todo tipo.


Y no hay cómo disfrutarlas cuando me decía: Ricardo, ya hace hambre, vamos a seguirla con la Tere y entonces acostumbrábamos salir del IAGO (Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca, institución que él fundó, con un patrimonio cultural invaluable y tal vez con la colección de libros de Arte más importante del país que, por "problemas" de impuestos con el Gobierno Federal, tuvo que "donar" a México), caminar algunas cuadras y llegar al mercado, ahí al mero fondo.


Créanme que el mejor mole que he probado en mi vida es en ese mercado, donde todos conocen al Maestro, incluso lo vitorean ya que es un gran activista en Oaxaca defendiendo la protección de espacios ecológicos y que con "licencias de construcción", léase, "autorizadas", se tratan de construir edificios, puentes u otros que a todas luces violan el entorno y que es inverosímil siquiera pensar en el otorgamiento de dicha licencia.


Finalmente les compartiré un hecho, que yo en lo personal lo considero hasta histórico, porque eventos como este pueden cambiar la historia, ya que existe un antes y un después. En 2012, realizando la curaduría de la

también histórica exposición (clasificada así en las palabras de Teresa Vicencio, Directora del Instituto Nacional de Bellas Artes en esas fechas) "Las posibilidades de la forma, antología visual de entresiglos", donde reuní a nueve grandes maestros (Sebastian, Toledo, Gustavo Arias Murueta, Aceves Navarro, Manuel Felguérez, Roger von Gunten, Vicente Rojo, José Luis Cuevas y Luis López Loza) tuve que visitar al Maestro José Luis Cuevas para que aceptara participar en esta exposición junto con los demás Maestros.


Yo llevaba una carpeta de presentación de la propuesta curatorial que había desarrollado y después de analizarla el Maestro Cuevas me dio el "sí participo". En esa aceptación la adrenalina que corrió por mi cuerpo fue notoria, ya que el Maestro Sebastian me había anticipado que el Maestro Cuevas no participaría -entre ellos existían ciertos "problemillas" del pasado-


Llegó el gran día: la inauguración.


Majestuosa, muchísimos asistentes, ya que uno de los éxitos de esta exposición fue la presencia física de los Maestros y que generalmente no asisten a exposiciones colectivas. En un momento dado, me llamó Sebastian y me preguntó por el Maestro Cuevas. Le indiqué que estaba firmando catálogos (como los otros maestros también lo hacían). Me dijo: "llévame con él".


Y así lo hice.


La escena: el maestro Cuevas sentado; Sebastian, grande y corpulento que es, parado frente al Maestro Cuevas, quien levanta la vista y se pone de pie. Ahora quedo en medio de los dos, que como titanes se observan. Sebastian extiende su mano y solamente dice: "Maestro". José Luis Cuevas, corresponde y estrecha su mano, también diciendo: "Maestro". Terminó así, en pocos segundos, la disputa que tenían de hacía muchos años y fui testigo de este son de paz, mismo que prevalece hasta el día de hoy, pero internamente tuve un orgullo especial al haber logrado mediante esta curaduría volver a unir a dos amigos del pasado, quienes al lado de los otros siete -y muchos más- fueron quienes a finales de los años 60 cambiaron el rumbo del arte en México, integrando lo que la Maestra Teresa del Conde identificó como la "Generación de la Ruptura".


Bien, estimados lectores, como notarán, es un privilegio poder disfrutar del arte en estas condiciones, donde se rompen todas las formalidades y el verdadero arte está presente.


Hasta la próxima...




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