¡Arte Barroco en la humanidad!
- MFA Ricardo Camacho
- 9 oct 2016
- 4 Min. de lectura

¡No te lo puedes perder! Pocas veces escuchamos la terminología "Máxima Calidad".
Iba a realizar una visita a la Ciudad de Puebla para efectos culturales y dentro de los planes una cita en el Museo Internacional del Barroco. Como en otras ocasiones, antes de ir, me di a la tarea de llamar a la Secretaría de Cultura para que hicieran enlace con sus directivos y al llegar tener a disposición un guía, para lo cual me dieron los datos de la persona que me estaría esperando.

Llegué al museo y había leído que la construcción fue creada a partir de las tendencias museológicas más vanguardistas bajo la firma del arquitecto japonés Toyo Ito, Premio Pritzker de Arquitectura 2013.
Debo confesar que su arquitectura visual me dejó atónito, además de sentir un movimiento intenso.
En palabras de Toyo, "La arquitectura no es más que un árbol, debe crecer en concordancia con su entorno…"
Bien, entré para dirigirme al módulo de Guías, como me habían indicado, pero otro de mis sentidos comenzó a percibir música perfectamente seleccionada para crear un ambiente por demás agradable. Es importante mencionar que este museo es el único en México con carácter de Internacional, alojando obras -algunas prestadas por 10 años- de más de 17 países.

A la vista todo es perfecto: limpio, armonioso, conservando curvaturas del edificio que se conjuntan con aquellas de los muebles, mostradores, barandales, obras, en fin, una museografía excelsa.
Me recibió la Directora de Guías, la Licenciada en Artes Plásticas, Adalid García, quien amablemente me asignó a la también Licenciada en Artes Plásticas de nombre Guiselle.
Después de unos breves saludos e indicaciones generales, me hizo pasar a la primer sala, donde una presentación multimedia del Arte Barroco es excepcional: sonido surround, tres pantallas de proyección de alta definición y una cúpula que permite proyecciones de recreaciones artísticas o cúpulas de iglesias o capillas de diversas partes del mundo.
AL término de dicha presentación ya no había dudas que el Barroco ha sido uno de los períodos más prolíficos en la historia occidental, que durante los siglos XVII y XVIII impregnó: la organización política, la producción económica y la concepción de la naturaleza, a partir de la innovación en las formas de pensar, crear, ver y convivir.

Curiosamente, el Barroco también es una estética de la existencia contemporánea, ya que la sensibilidad barroca, permitió desarrollar las formas del pensamiento y la creatividad de toda una época que sigue vigente, revelando ante los ojos de los filósofos, artistas e intelectuales en muchas modalidades de producción y recreación: artes plásticas, moda, literatura, publicidad, medios de comunicación economía ciencia, entre otras, aproximándose también a los rasgos característicos del Neo-barroco contemporáneo y es por esto que el MIB (Museo Internacional del Barroco) abre espacio a las manifestaciones del barroco en todas las dimensiones del hombre, descubriendo sus pliegues, dramatismo, tensión y teatralidad.
Ejemplo de esto, la Catedral de la Ciudad de Puebla, donde los elementos característicos del Barroco están presentes por todos lados, como en el altar principal, donde se aprecian cubiertos prácticamente todos los espacios para evitar ese miedo que se tenía a los espacios vacíos, el uso de columnas salomónicas y ofídicas, líneas curvas, cóncavas, convexas, y rectas alabeadas en las fachadas y los ventanales, logrando el efecto de un aparente movimiento y también la expresividad de movimiento en las pinturas y esculturas, entre otros.

Guiselle me llevó a la sala dedicada a Puebla, donde sobresale una gran maqueta, perfectamente diseñada y acorde a las creencias de que "le mostró Dios a unos ángeles echando los cordeles y señalando la planta de la futura ciudad, midiendo las cuadras y proporcionando las calles".
Por esto que la fundación de Puebla originalmente se llamó Ciudad de los Ángeles y poco después Puebla de los Ángeles. Por Cédula Real expedida el 20 de julio de 1538 en Valladolid, Carlos V y su madre la Reina Juana, otorgaron a Puebla un escudo de armas en el que se contempla una ciudad con cinco torres de oro asentadas sobre un campo verde y dos ángeles, uno a cada lado, vestidos de blanco, realzados de púrpura y oro asidos a la propia Ciudad, destacando unas letras de oro en campo rojo que dicen: "Angelis Suis Deus de te ut custodiant te in omnibus viis tuis" (Dios ordenó a sus ángeles que te guardase en todos tus caminos).
El universo barroco vio la materialización de sus inquietudes y convicciones más profundas en imágenes de intensa emotividad o de gran intimismo. Pinturas y esculturas se transformaron en poderosas vías didácticas de contenidos simbólicos, morales, religiosos y políticos.
En la sala de Pintura y Escultura destaca la contribución de Johan Kraftner, director de las Colecciones del Príncipe de Liechtenstein, quien durante 10 años ha prestado dos domos originales de gran tamaño.
Estimados lectores, como verán, me es prácticamente imposible detallar todo lo que en este increíble museo pueden gozar, he tratado de darles una ligera muestra y que es muy limitada, pero con la intensión de despertar el interés de visitar este magnífico Museo Internacional del Barroco... ¡NO SE LO PIERDAN!
Agradezco sus comentarios y ¡Hasta la próxima!