Lo mejor de la ópera, ¿lo sabías?
- MFA Ricardo Camacho
- 16 oct 2016
- 4 Min. de lectura
Hace unos días, tuve el privilegio de asistir a la presentación inaugural de mi amiga la Maestra Soprano Enivia Muré, interpretando a Madama Butterfly -el vídeo muestra el acto final, cuando ante el despecho que sufre de su amado, no tiene otra alternativa mas que quitarse la vida-. La presentación de esta magnífica ópera (inspirada en "Madame Chrysanthéme" de Pierre Loti) fue en el Auditorio de la Reforma en Puebla, bajo la Dirección del Maestro Fernando Lozano de la Filarmónica 5 de Mayo, el Coro de la Compañía de Ópera de la BUAP y la Compañía de Danza Antoinette.
La Ópera (del italiano opera, 'obra musical') designa, desde aproximadamente el año 1650, un género de música teatral en el que una acción escénica se armoniza, se canta y tiene acompañamiento instrumental. Tuvo gran auge durante el periodo del Barroco y la amplia comedia fue combinada con elementos trágicos en una mezcla que sacudió algunas sensibilidades educadas, apareciendo el primero de varios movimientos reformistas de la ópera.
A continuación, estimados lectores, después de un análisis y salvo su opinión, las que considero son las mejores óperas de todos los tiempos:
- Rigoletto

Es una ópera compuesta por Giuseppe Verdi y que inició la trilogía que le haría definitivamente popular aunque ya había cosechado algunos logros anteriores como Nabucco, Ernani o Macbeth. Consta de 3 actos y lleva en su letra amor, traición, pasión y venganza. Considerada la más completa de las óperas por tener melodía y drama.
En una Italia convulsa, camino de lo que sería, dos décadas después, la unificación del país trasalpino, Verdi comenzó a ser considerado un héroe gracias a coros tan famosos como el "Va, pensiero!" (Nabucco), "Patria oppressa
"(Macbeth) o "Un patto, un giuramento" considerados como verdaderos gritos de libertad del pueblo italiano deseoso de librarse del yugo del Imperio Austro-húngaro en el norte o los Borbones en el sur. Así, de boca en boca, el acróstico VERDI (Vittorio Emanuele Re D'Italia) era una manera de evocar también a un compositor que no cesaba tampoco de dejar esa ilusión unificadora que, diez años después (1861) le llevó a ser senador en Turín. La ópera se estrenó en el Teatro de la Fenice en 1851 obteniendo gran éxito popular desde el estreno.
Basada en la obra del francés Victor Hugo, "Le roi s'amuse", tuvo grandes problemas con la censura por considerarla como inmoral y obscena. Tras un tira y afloja entre los censores y el compositor, éste consiguió mantener lo fundamental y sólo cambió el emplazamiento de la obra de Francia al ducado de Mantua y otras cosas menores.
- La Traviata

La Traviata conforma una terna de óperas que terminaron de consagrar a Giusseppe Verdi tras muchos años en los que los encargos de las distintos teatros habían hecho sufrir el talento del compositor de Le Roncole di Busseto. Los "anni di galera" como él los nombró habían acabado y ahora sus óperas podían ser más elaboradas y eso se empezó a notar en Rigoletto. Sólo había que esperar dos años para que "La Traviata" se estrenase en el mismo lugar, donde había cosechado el gran éxito de Rigoletto...pero no resultó así.
La Traviata resultó ser un fracaso, por cierto, esperado para el compositor que, desde el primer momento, mantuvo dudas sobre el elenco escogido por la dirección del Teatro de la Fenice en Venecia. Un año después volvió a la ciudad, pero a otro teatro de la ciudad, el San Benedetto, y ahí es donde llegó el verdadero triunfo de esta ópera emblemática.
- El Barbero de Sevilla

Aunque hubo otras adaptaciones musicales de El barbero de Sevilla anteriores, fue esta ópera cómica de Paisiello la primera que logró un amplio éxito.
Fue representado posteriormente en varias ciudades en los años inmediatamente posteriores a su estreno, incluyendo Viena, donde El barbero se tocó en cinco locales desde 1783 hasta 1804, tanto en italiano como en alemán, y recibió cerca de 100 representaciones.
La ópera demostró ser el mayor éxito de Paisiello. Incluso después del estreno del año 1816 de la propia versión de Rossini, El barbero de Sevilla, la versión de Paisiello continuó siendo más popular en comparación. Con el tiempo, sin embargo, la situación cambió. Conforme la versión de Rossini fue ganando popularidad, la de Paisiello fue disminuyendo paralelamente, hasta el punto de desaparecer del repertorio.
- Pagliacci (Payaso)

La historia de I Pagliacci y Leoncavallo es muy similar a la de "Cavalleria Rusticana" y Mascagni: composición de la ópera para un concurso, éxito popular y, por desgracia para sus compositores, fracaso en otros intentos.
Fue el sino de la mayoría de compositores de final de siglo XIX tales como estos dos músicos que tratamos, o Giordano (Andrea Chénier y en menor grado, Fedora).
Además, hay varias anécdotas que rodearon la composición de I Pagliacci. La historia se basó en hechos reales de los que el padre de Leoncavallo, como juez, tuvo conocimiento. Por otro lado, está la pifia del concurso: éste consistía en la composición de una ópera de un acto pero Leoncavallo erró y presentó su obra con dos actos. Su editor, Ricordi, incumplió su palabra de estrenarla y Leoncavallo acabó por entregarla a Sonzogno, rival de Ricordi, que la estrenó con un éxito total de público. Se representó por primera vez el 21 de mayo de 1892 en el Teatro dal Verme de Milán.
- Madama Butterfly (Señora Mariposa)

Madama Butterfly (título original en italiano; en español, Señora Mariposa) es una ópera en tres actos (originariamente en dos actos) con música de Giacomo Puccini y libreto en italiano de Giuseppe Giacosa y Luigi Illica.
Puccini basó su ópera en parte en el cuento “Madame Butterfly” (1898) de John Luther Long, que fue dramatizada por David Belasco. Puccini también se basó en la novela Madame Chrysanthème (1887) de Pierre Loti.
Según un estudioso, la ópera se basó en acontecimientos que realmente ocurrieron en Nagasaki a principios de los años 1890 y representa un Aria de esta bellisima ópera de Puccini, otra obra de amor malogrado y dolor desgarrador.
Bien, espero que estas óperas las puedan ver en "vivo y a todo color", porque son realmente sensacionales. Muchas personas son ajenas al gusto de la ópera, pero digamos que en su momento, al no existir el séptimo arte, sustituyó amenamente a la probable seriedad del teatro y en textos de amor y despechos o historias verdaderamente desgarradoras, cautivó al público, sobre todo durante el Barroco. Tal vez, en toda proporción guardada, podría decirles que la ópera bien puede ser cualquiera de estas películas que hoy gozamos y lloramos en cualquier sala de cine.
Como siempre, espero sus comentarios y... ¡Hasta la próxima!